lunes, 6 de febrero de 2017

La hora

Es la hora
Es la hora de mirarnos de frente.
Hemos de desvestirnos
de tantas ropas y de tantas historias.
Es el momento de mirarte a los ojos,
aunque me quede ciego.
Hay que recoger las velas
y afrontar lo que se avecina.
Si son las sombras,
ya estoy de luto vestido.
Ya nada me espanta.
Venid y llevadme ya a ese reino
sombrío que me atrapa. 
Si, por el contrario, he de ser testigo
de un cambio repentino
entonces aún guardo abundantes lágrimas para ese momento.
Será la ocasión de compartirlas contigo...
si llegase ese momento.
Pero mi alma hace años que no cree en milagros.
Se ha ido apagando,
arrugada de ancianidad y ausencia de agua.
Hasta ti se elevaba en un sueño.
Hasta ti se elevaba. 

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