Te elevas ligera como una pluma,
y te pierdes en el infinito azul de la tarde.
Huyo detrás, persiguiéndote
entonces,
pero te escapas,
apresurada y torpe,
con la risa y la prisa de infancia
amarradas a ti
y me dejas en esta orilla,
agitándome como un junco,
mientras sigo tu vuelo,
azul,
con esta mirada como de noche,
alma mía,
hasta el fondo pardo de sus ojos.
y te pierdes en el infinito azul de la tarde.
Huyo detrás, persiguiéndote
entonces,
pero te escapas,
apresurada y torpe,
con la risa y la prisa de infancia
amarradas a ti
y me dejas en esta orilla,
agitándome como un junco,
mientras sigo tu vuelo,
azul,
con esta mirada como de noche,
alma mía,
hasta el fondo pardo de sus ojos.
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